octubre 25, 2009

EL VETO A CALLE 13

Por: Santiago García Jaramillo

El episodio de los premios MTV puede parecer desconcertante, ¿cómo es posible que un cantante de Puerto de Rico se inmiscuya en política colombiana, y peor aun para “insultar al presidente”?, la anterior reacción, común por estos días, parece querer ocultar el derecho que tiene “René” de opinar libremente estemos o no de acuerdo con él. Personalmente, no comparto su crítica al presidente de Colombia, y mucho menos “el juego de palabras” usado para manifestarlo, pero no puedo estar más en desacuerdo con la censura impuesta, al grupo Calle 13 por el alcalde de Manizales.

Mientras el gobierno, por la vía de la cancillería emitió una nota de protesta, donde ponía de presente su molestia por lo ocurrido en los premios, en Manizales se tomaban medidas propias de gobernantes de otras latitudes: “se vetaba la agrupación Calle 13”, al decir otras latitudes no me refiero a lugares muy distantes, pues algunos días atrás el gobernador de Caldas decía que los “forjadores de opinión deben ‘remar para el mismo lado’, porque el método contrario, perverso, llevaría a un "naufragio colectivo". En nuestra región cuando surge la crítica la censuramos, la callamos sin importar la forma como se haga, o de pronto ¿olvidamos ya a personajes que no “remaban para el mismo lado” como Orlando Sierra? Su “veto” nos privó de la mejor crítica a las viejas costumbres politiqueras, que aun hoy en día se replican una y otra vez.

El señor alcalde olvida la vieja frase atribuida a Voltaire: “odio lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Señor alcalde: los demócratas prefieren el estruendoso rugir de la crítica a la mordaza que acalla la disidencia, el que un cantante se exprese contra un líder, sin que este sea perseguido, desprestigiado o vetado es lo que nos distancia de los regímenes totalitarios, por los cuales, creo, usted comparte el mismo repudio que les tengo, pero a los cuales nos acerca usted cuando toma medidas de este tipo.

Señor alcalde, no comparto la crítica hecha por Calle 13 al presidente colombiano, pero considero que el veto que usted impone es errado e innecesario, con éste viola la libertad de elegir de los ciudadanos, pues sería legitimo que algún ciudadano no asistiera al evento por “el irrespeto al presidente”, pero como decisión autónoma de él y no porque usted así lo ha decidido; en consecuencia quiero ponerle de presente una frase del juez Luis Brandeis en los Estados Unidos, que me parece pertinente ante la medida tomada por usted: “la experiencia nos debería enseñar a ponernos en guardia para proteger la libertad cuando las intenciones del gobierno no parecen ser beneficiosas. Los hombres nacidos para la libertad están alerta para repeler la agresión a esa libertad por parte de dirigentes malintencionados. Los mayores peligros para la libertad se esconden en la insidiosa usurpación que llevan a cabo hombres bienintencionados, pero celosos en exceso, y de escasa luces”. Aunque a juzgar por la falta de reacción de muchos de mis conciudadanos, parece más bien, que estamos en una ciudad de hombres no nacidos para la libertad.

octubre 19, 2009

ARGUMENTO PARA UNA PECULIAR TRAGEDIA GRECA

Por: Pablo Aristizábal Castrillón

De forma curiosa (y que además no puedo explicar), un arqueólogo encontró recientemente una tragedia desconocida. Estábamos acostumbrados a lo básico; Esquilo, Sófocles y Eurípides, pero, de repente, aparece una epopeya magistral, escrita por un tal Esquilo Barco Isaza. Un hombre jamás mencionado dentro de los clásicos, de hecho, jamás mencionado en el mundo literario (¿ha sido citado alguna vez?). La gran cantidad de expertos que se encuentran trabajando, ha determinado que el origen del texto data de hace aproximadamente 160 años; lo paradójico es que su estilo pertenece rotunda e innegablemente al de la tragedia, pero su lugar de procedencia parece pertenecer a alguna parte del continente suramericano. Así el año y el lugar de creación no coincidan con el género de la epopeya, los expertos han determinado que el texto encontrado es efectivamente una tragedia escrita por Esquilo Barco Isaza.


A continuación se relatará el argumento de la tragedia, pues el manuscrito original es de uso exclusivo para la comunidad académica, que de forma muy egoísta, no quiere enseñar el texto que posee grandes virtudes pedagógicas (de hecho, la forma en la que conocí esta historia se fundamenta en una casualidad, no pude obtener el manuscrito original y por eso relataré lo que leí con mis propias palabras). Antes de relatar la tragedia, creo pertinente recordar la característica primordial de dicho género literario. La tragedia muestra cómo el héroe trágico conoce su destino, y a su vez, está condenado a recorrer el camino que lo va a llevar al mismo, a la “perdición”, al acto heroico; el espectador se siente identificado con lo que le sucede al personaje y sabe que esto le puede ocurrir a él en cualquier momento. Vale aclarar que la tragedia encontrada no incluye muchos aspectos primordiales en la construcción de éste género, pero fundamentalmente se puede considerar como un buen exponente de los “clásicos”.

Ahora sí, la tragedia de dudosa procedencia:
Existió largo tiempo atrás, un noble caballero, de descendencia española, indígena y negra. De nombre Almíbar y apellido Jaramillo; de cara rosada y culo peludo. El oráculo dijo el día de su nacimiento: “Habrá dos mujeres que lo llevarán a la ruina, se quedará con las dos y ambas lo desangrarán hasta el día de su muerte”. Su padre intentó por todos los medios evitar la catástrofe, no lo logró, y con el culito pelado quedó (Almibar). A sus once añitos aparecieron las dos susodichas; una azul con betas rojas, la otra, más bien verdosa, pero las dos comían salchichas. Dos mujeres de diferentes colores que emanaban los mismos olores. Por más que su padre intentó que fuera marica, ni les digo: con las dos metía la patica. Y el destino de Almíbar se cumplió, gozó con las mujeres hasta más no poder, y a su vez, ellas lo dejaron sin nadita que comer. Muere Almíbar pobre y desolado, lleno de campos sub explotados a su lado. Una azul con betas rojas (o viceversa), y la otra, más bien verdosa (de vez en vez un tanto camaleónica). Muere Almíbar Jaramillo, engullido por Envigado Salazar.

Eso es lo que alcanzo a recordar de la tragedia escrita por Don Esquilo Barco Isaza; tal vez, en muchos aspectos no tenga la apariencia de una tragedia griega, pero lo que la hace una verdadera epopeya es que su fin es, al parecer, el de generar “catarsis” en el enigmático pueblo para el que fue escrita. Pesares a ese pueblo condenado por dos damas de diferentes colores. Esperemos que comprendan lo que Don Esquilo quería decirles con esta tragedia, para ello deben remontarse al contexto histórico (que no conocemos) de dicho texto. Si en nada ayuda este comentario acerca de la nueva tragedia, al menos se puede constituir en un curioso escrito. Curiosamente, esta tragedia se parece mucho a nuestra situación departamental, sólo con fin especulativo, podríamos afirmar que Almíbar Jaramillo es Caldas y Envigado Salazar es Antioquia; repito, sólo con fines especulativos.

Pabloaristizabalcastrillon