noviembre 28, 2010

DE LEOPARDOS A GALLINAZOS

Por: Jonathan Ballesteros y Salazar

Hace una centuria, los bravos riscos de la otrora Manizales hidalga parió a uno de sus más fieros hijos, hombre de tremenda robustez moral que diera inagotable lumbre a estos linderos. Gilberto Alzate Avendaño, fue sin duda una humanidad superior a su tiempo; de la comarca natal aguerrido defensor de la siempre amenazante manzanilla. Alzate fue baluarte y mariscal de una generación de indómitos sabios, de una falange de espartanos conocida en toda Colombia como los leopardos

Fueron los leopardos repúblicos auténticos; acudían con gusto a las duras batallas con la premisa del servicio patriótico como unísono grito de guerra. En los escasos momentos de paz, encontraban los leopardos refugio en los surcos de la cultura universal, donde cultivaban lo greco-latino como producto más exquisito de su heredad. Nunca conocieron la retaguardia ni la retirada; la avanzada, incluso a los brazos de la muerte era la marca que estos felinos llevaban por estandarte.

Si hoy pocos conocen de la existencia de los leopardos, no es como consecuencia del castigo que la historia otorga a los cobardes, la ignorancia sobre la huella de esta ilustre generación obedece al servilismo intelectual presente en nuestro tiempo, donde la valentía y las ideas de los hombres que pincelan lo colectivo no tienen cabida en el imperio del facilismo egoísta.

Escribo estas líneas poseído de una celosa congoja. Nuestro departamento carece ya de los sólidos regimientos morales de antaño, las juventudes caldenses crecimos huérfanos de una política idealista; crecimos con la nefasta contundencia que deja una prosperidad ya ausente de nuestra sociedad y muchos ven en la asunción del futuro un asunto individual y no de pueblo.

No tenemos como caldenses entre nuestras juventudes la mística fiera de los leopardos; si algún animal puede representar la realidad generacional, será la mansa gallina y el oportunista gallinazo quienes lo hagan. Los partidos políticos en sus bases juveniles tienen una sobrepoblación activa de sumisos que aguardan cumplidamente la hora en que el amo arroje el alimento, no importa si éste es basura. En menor medida, pero no por ello menos riesgoso, sobrevuelan nuestras colectividades una bandada de gallinazos que circundan pavorosamente, esperando ávidos la oportunidad de un cadáver para caer en mansalva sobre la carroña del poder.

En las futuras remembranzas que hagan los caldenses de las próximas décadas sobre nuestra marca en la historia, no dudaran en decir que en nuestras montañas habitaron indomables leopardos y que al paso de los años, domesticadas y dóciles las generaciones de comienzos del siglo XXI se convirtieron en gallinas y gallinazos.

noviembre 17, 2010

MANIZALES (?) / INSTITUCIONALIDAD (-)

Por: Germán Vallejo Obando

El interrogante sobre la municipalidad y el negativo sobre la institucionalidad local contenidos en el mapa de "Perspectiva sistémica de Manizales", de conjunto con dos temas en rojo / con vacío presentados en el mapa conceptual sobre “El ADN de Manizales en rojo y negro”: interés y participación ciudadana” y “autoestima y confianza”. Sintetizan en mi criterio la gran carencia municipal en el aquí y el ahora de la vida política, cívica y comunitaria de Manizales: la democracia local.

Estos mapas conceptuales hacen parte de la documentación básica del proyecto de planeación estratégica “Estoy con Manizales” presentado recientemente en el Recinto del Pensamiento.

Ver: http://www.lapatria.com/story/pdf-manizales-vive-con-calidad

Esta síntesis planteada tiene como antecedente conceptual el Informe de Desarrollo Humano del Eje Cafetero 2004, donde se ponen de presente serias carencias y retos en la dimensión institucional en la región y sus municipios.

Seis años después: la situación no mejora y en Manizales la institucionalidad empeora

Los lineamientos del “Pacto por el Desarrollo Humano” contenido en el “IDH 2004 del Eje Cafetero” pusieron en evidencia los efectos negativos que la crisis cafetera y la recesión han tenido en el desarrollo humano regional.

En lo interno el informe puso de presente tres preocupaciones que se consideró no podían pasar inadvertidas: (i) los bajos niveles de participación y solidaridad; (ii) la forma como la política tramita las demandas sociales y (iii) la escasa preocupación por la equidad de la dirigencia en general. Los resultados de estimación del IDH mostraron una importante pérdida de desarrollo humano en la región a finales de los 90, con la consecuente ampliación de la brecha con el consolidado nacional, explicada por caídas del PIB per cápita, reducción de las coberturas escolares y, en algunos casos, disminución de las esperanzas de vida. (IDH 2004: 166)

La transformación de lo público condición sine qua non

El Pacto por el Desarrollo Humano propuesto para el Eje Cafetero partió de la necesidad de reducir la pobreza y propiciar las condiciones para mayores fuentes de empleo. Esas condiciones se basan en tres políticas amplias e interrelacionadas relacionadas con: (i) la influencia positiva en el mercado laboral a través de la promoción de la integración regional y aumentos en la productividad vía la reconversión productiva de la economía cafetera y el desarrollo de sectores promisorios; (ii) teniendo en cuenta la incidencia que tienen el empleo y la educación en la pobreza, una audaz política educativa, que aumente cobertura y mejore la calidad para los más pobres; y (iii) teniendo en cuenta la ausencia de mecanismos adecuados de protección social, más protección social y una especial atención a la nutrición y la seguridad alimentaria. (IDH 2004 :168).

Según el IDH ninguna de las políticas anteriores podrá llevarse a cabo con eficiencia sino se adelantan serias transformaciones : la democracia local, la participación, la descentralización y las instituciones. Esto significa que, sin una profundización de la democracia, sin mayor participación, información y rendición de cuentas, y sin reformas a las instituciones es difícil avanzar en el desarrollo humano de la región .

Una fórmula de refuerzo negativo. ¿Hasta Cuando?

En la visión de Manizales propuesta por el proyecto “Estoy con Manizales" hay un sueño por el que sin duda debemos luchar de conjunto y con creatividad: “Un territorio (…) que se gobierna bajo principios éticos y democráticos”. Esta aspiración pasa por reforzar la democracia representativa, participativa y deliberativa”.

El logro de este sueño tiene que empezar por romper la confluencia de factores negativos que refuerzan un proceso creciente de desinstitucionalización quebien podría expresarse en la fórmula de refuerzo negativo:

- legalidad + corrupción - estabilidad + individualismo - acuerdos y alianzas + apropiación particular de lo colectivo = aumentos en el abuso de autoridad, golpes a la participación, resignación y conformismo. ¿Hasta cuándo?










septiembre 14, 2010

TAMBIÉN SOMOS CARIBE

Por: Jonathan Ballesteros y Salazar


No es sólo el calentamiento global; nuestras en otrora elegantes damas ahora desfilando con chancletas tres puntá por el Cable o por Chipre, o el súbito cambio del aguardiente por el ron (cifra que nos puede decir nuestro ilustre gerente de la Industria Licorera de Caldas), es también lo que nos hace sentir cada día más próximos al ambiente de nuestros compatriotas del Caribe; nuestra proximidad es cada día más contundente, es de marcado carácter cultural.


Quiero dejar muy en claro que no tengo el menor repudio hacia los costeños, en mis años de carrera de Derecho en Bogotá siempre departí alegremente con ellos, soy admirador de los grandes exponentes de su literatura como Meira Delmar, Gabriel García Márquez, Raúl Gómez Jattin y Germán Espinosa, de hecho el amor de mi vida es momposina; pero sí me sostengo en afirmar que el ciudadano promedio de la costa Caribe colombiana es ausente de reacción cívica, poco o nada del futuro de su entorno les preocupa. Me atrevo a sostener que el concepto fisiócrata en su sentido inverso del “Laisser fait, laisser passé: Dejar hacer, dejar pasar” tiene plena vigencia en el ambiente costeño.


El destino de una región le ha sido asignado a unos cuantos sin mediar un juicio sobre el pasado de estos, sin siquiera auditar el presente de sus actos y obviamente con descuido absoluto de las condiciones sucesorales de un título que se hereda, el de ser político. Nosotros los caldenses, quienes en el discurso nos aclamamos como baluartes de una tradición rica en valores religiosos, familiares, regionales y laborales, heredado de nuestros arrieros antepasados, no somos más que la réplica casi exacta de quienes en muchas ocasiones usamos para criticar; a los caribes.


Nuestro presente, nuestro verdadero presente nos dice que:


Sólo nos importa la fiesta. En Caldas la gestión de un alcalde se mide por la cantidad y calidad jolgórica de fiestas que realice. Es oportuno mencionar que la cifra de fiestas y encuentros que realizan nuestros municipios al año cada día va en aumento, bautizándolos con los más inverosímiles nombres. Por ejemplo, en Villamaría se celebra muy rimbombantemente las fiestas de la “horticultura” (de la que muy pocos en una encuesta realizada sabían su significado), pero la realidad nos muestra la escasa participación de las huertas campesinas en el marco de las festividades. Todo lo contrario a lo que el concepto de horticultura supone, la plaza del municipio es un culto a los triglicéridos y a la borrachera, la ausencia temática es evidente. Este es un diagnóstico que se multiplica por los otros municipios del departamento, donde muchos de nuestros alcaldes han aprendido muy bien la lección dada por los romanos en el arte de gobernar: “dadle al pueblo pan y circo, y tendrás al pueblo contento”.


Que en política todo se vale: En nuestro departamento los partidos van muriendo, porque quienes pretenden representarlos, no han hecho más que usufructuar el poder con la compañía sigilosa de la trampa, han abandonado las metas históricas de sus colectividades por el altivo afán lucrativo. Lo preocupante de esta reflexión en nuestra tierra es que a nadie parece importarle esto.


Si la meta de la dirigencia es llegar a ocupar la gobernación, alguna alcaldía, incluso cualquier posición en el gobierno central o departamental, hay que realizar alianzas a como de lugar. No importa si estas alianzas se hacen entre liberales y conservadores, entre gobiernistas y opositores, las metas programáticas en Caldas no tienen validez. El real interés de nuestra clase política es cómo llegar al poder, cómo establecer desde allí una sólida estructura de favores y servilismos.


Somos sumisos por el peso de la heráldica: Somos colectivamente perezosos, así como nuestros hermanos del Caribe. Nos da una tranquilidad como pueblo resignado que ya somos, que sea el hijo, el hermano, el tío, el primo e incluso el nieto de alguno de nuestros tradicionales políticos, quien asuma las riendas de nuestro futuro. Preferimos no mirar si quien usando el apellido de un retirado u octogenario comandante de desgracias regionales que se postula, tiene o no cualificación alguna para el cargo, optamos mejor por bajar la cabeza y rendir tributo nobiliario. Es por eso que en Caldas ya tenemos a nuestros Name, a nuestros Char, a nuestros De La Espriella.


Podría continuar con muchos mas de nuestros símiles con los caribes, como por ejemplo las ínfulas de nobleza paquidérmica de muchos de los miembros del club social de nuestra capital, que piensan que por realizar estrafalarios cocteles y cenas en nombre de la pobreza que no conocen, solucionarán muchos de los males sociales de los que son los causantes; pero no quiero extenderme más por desidia de dañarme el día pensando en encopetadas mamás de muchos conocidos.


Los caldenses tenemos que renunciar a la resignación que los hechos pretenden imponer. Nuestra cultura no ha sido siempre la de mercenarios del destino, todo lo contrario, en nuestras tierras se había constituido un destino común con base en la disertación entre paisanos. Cuando lo liberales vuelvan a defender a cabalidad los ideales de Benjamín Herrera, de Rafael Uribe o de Luis Carlos Galán; o cuando los conservadores nos volquemos nuevamente a la defensa de las tradiciones; o simplemente cuando alguien en nuestra región defienda desde las laderas ideológicas alguna posición, volverá en Caldas nuevamente el desvelado interés de sus habitantes por los designios del mañana y por ende la construcción cívica.


Por ahora transitamos a pasos de avestruz al destino trágico que se impone por el desahucio de las ideas, la indiferencia por el destino, la venta del progreso colectivo en cada elección, la consolidación de señoríos familiares es el actual camino. Por favor señor Eduardo Verano de la Rosa y pueblo hermano de la costa norte, incluyan a Caldas dentro de la región Caribe. ¡Porque nosotros también somos Caribe!

agosto 29, 2010

¿ACUERDO POR LA PROSPERIDAD CAFETERA?

Por: Santiago García Jaramillo

El gremio de los cafeteros es una entidad que no deja de sorprendernos. Por su historia han pasado desde grandes líderes del país, mediocres burócratas, o silenciosos y pasivos gerentes como el que intenta –de forma no muy exitosa- dirigir el gremio hoy en día. Pero quizás hoy la mayor sorpresa, es la falta de criterio de muchos de los representantes de los caficultores ante los comités departamentales y nacionales.

El pasado 26 de agosto, en la celebración de los 50 años de la marca Juan Valdez, el Presidente Santos anunció, el erradamente llamado “Acuerdo para la prosperidad cafetera” donde más allá de la retórica, propone fortalecer el fondo nacional del café, mediante el aumento de la contribución parafiscal que pagan los sembradores del grano. Que la propuesta venga del Presidente Santos, no debe sorprender; si se tiene en cuenta que el hoy Presidente hizo parte de la burocracia de la Federación sin haber nunca sufrido o conocido las realidades cafeteras, tan diferentes de las prósperas calles londinenses. Lo realmente sorprendente, es que los representantes de los cafeteros aplaudieron al unísono, como si la situación de sus regiones, empobrecidas por la revaluación, las inclemencias del tiempo, los altos precios de los fertilizantes, y la falta de acceso a las entidades financieras, permitiera amplios aportes para sostener burócratas desleales, que se han dedicado a importar café, y a especular con los precios mediante informes de producción mentirosos.

El discurso de ahorrar para cuando lleguen las vacas flacas, lo han escuchado los cafeteros por décadas y décadas, el problema es que cuando éstas llegan el Fondo siempre está descapitalizado, pues éste ha servido de caja menor a los nefastos proyectos de los gerentes de turno, a mantener los altos salarios de la burocracia bogotana de Federación, y poco ha beneficiado al gremio, como sería su lógica parafiscal. Qué bueno sería que los representantes departamentales en vez de aplaudir discursos sinsentido, exigieran la publicación de los estados financieros del Fondo Nacional del café, demandaran que se explique a sus contribuyentes en qué han gastado cada peso aportado, y que se muestre cuál ha sido el beneficio que cada uno de esos pesos le ha traído a los cafeteros, pero tememos que dada la realidad de hoy, de una caficultura menos competitiva, endeudada y pobre, ésta sea más bien victima que beneficiaria de dicha contribución.

No nos sorprende el silencio del gerente de la Federación, quien ha pasado de ser el hombre fuerte del café, a ser una figura silenciosa que se deja llevar por los vaivenes de las políticas agrarias de turno. Pero demandamos de nuestros representantes departamentales que le digan abiertamente a sus electores, si están de acuerdo con tan aberrante propuesta del gobierno nacional, porque de ser así su desconocimiento de la pobreza, y del estado de la producción del grano llega a tal nivel que merecen ser castigados con votos en blanco en las próximas elecciones gremiales.

Señor Presidente Santos, la caficultora ha sostenido este país por mucho tiempo, subsidió a la industria cuando la crisis llamó a sus puertas. Los cafeteros hoy demandan una mínima gratitud ante el estado de crisis en que se encuentran. No se puede pedir de los cafeteros que ahorren, cuando hoy ni siquiera tienen con que mantener sus cultivos, no se puede pedir que los medianos y grandes productores subsidien a los pequeños, pues el estado de necesidad es generalizado, y lo único que hay es miseria para repartir. Si de verdad busca crear prosperidad Señor Presidente, es mejor pensar que fruto de los ingresos de regalías petroleras y mineras, se cree un fondo agropecuario nacional, que logre sacar de la pobreza a ese 64% de los campesinos de Colombia, antes que la locomotora agropecuaria se descarrile.

La Prosperidad Presidente Santos, la crean los grandes y medianos cafeteros mediante la contratación de trabajadores, mediante el proceso de producción en sus fincas, mediante la inversión que puedan hacer en sus cultivos. La prosperidad Presidente Santos, se da cuanto el pequeño caficultor, puede sostener su parcela, educar a sus hijos, no cuando tiene que vender su tierra a cualquier precio para poder comer. La prosperidad, Señor Presidente, nace de unos cafeteros fortalecidos, no de unos supuestos técnicos que han demostrado ser incapaces para manejar los designios del café.