marzo 30, 2010

CALDAS: LA VENERABLE TIERRA DE LA COMPLICIDAD

Por: Jonathan Ballesteros y Salazar

¡Que la democracia salio victoriosa! ¡Que Caldas eligió exaltando la libertad, la fraternidad y el orden a sus representantes ante el país político! ¡Que ahora sí, la politiquería tradicional está siendo eficazmente derrotada por hombres y mujeres con la suficiencia en su talante moral para conducir a nuestro departamento por prósperas sendas!

Los anteriores son algunos de los demagógicos y desorbitados comentarios que sólo pueden provenir de clientelas generacionalmente renovadas, o de preclaros imbéciles de cafetín que con grado clínico de miopía e inobservando que el mismo camino que conduce al abismo sigue siendo transitado, y seguirá siéndolo al menos por muchos años más. Pretender inscribir en alguna categoría de nocividad a dos de las bestias de la fauna política departamental, me resulta estímulo suficiente para saciar tan humana sed como es la crítica, pero me resulta imposible, pues ambos coinciden con un comportamiento que los hace de la misma especie. Es la desgraciada complicidad de promover un futuro consolidado por un presente, que con arrollador triunfo configuró la necesaria continuidad de un pasado inmediato generoso en vicios políticos y sociales, lo que configura en ambos especímenes los mas estrechos lazos.

Tres de nuestros actuales representantes electos para el periodo 2010-2014, renunciaron a sus cargos de elección popular cuando aún les restaba la mitad del periodo para el cual habían sido electos como diputados y concejales. ¿Ese es el respeto que tienen nuestros representantes para con la democracia en sus niveles municipales y departamentales? ¿Ese es el grado de responsabilidad que tienen estos tres futuros “padres de la patria” para con los cargos que ocupan por designación del pueblo? Los otros dos electos representantes, aunque menos desconfiables en sus rostros; uno por parecer un venerable abuelo que demanda más de nuestro tierno afecto que de nuestra crítica, y el otro, por haberlo tratado personalmente y considerarlo antes de elecciones como un intelectual defensor de las tesis de izquierda (ahora conservador), no generan tranquilidad mínima para el refundar político de nuestro Caldas. Ambos tienen en su palmarés gerencias de estamentos públicos fracasadas. Mala gerencia o vicios de la administración. ¿Estupidez o corrupción? Para el efecto de representar dignamente a un departamento es lo mismo, y será el delito de este pueblo de cara a la historia, el pagar por complicidad la condena de la ignominia.

Deshacernos del presente mal no es ninguna cura si no se enmienda la condición general, en Caldas la condición es básica, somos un pueblo cobarde, somos un pueblo que acepta la servidumbre ante los cacicazgos políticos, somos del estilo de manada desorganizada donde el interés individual es la característica primordial. Espero, que en los siguientes cuatro años, nuestra generación que poco asomo de reacción ha mostrado sea capaz de actuar como ciudadanía, sea capaz de convocar a sus dirigentes políticos, gremiales e incluso religiosos y someterlos al debate, sueño con que en nuestro departamento la complicidad social seda terreno ante los logros de una organización civil, que es cosa poderosa y nada difícil de disolver, como sugería Platón y lo demanda ahora nuestra tierra.